El deporte fluvial de aventura por excelencia es el rafting, un ejercicio que consiste en esquivar los rápidos de un río a bordo de una embarcación neumática con capacidad para cuatro o más personas. El timonel es el guía, y el resto debe remar para ser más rápidos que la corriente y controlar el descenso. En la práctica, esta teoría se transforma en una experiencia única, especialmente excitante durante la época de deshielo, entre mayo y junio, cuando el agua alcanza un nivel muy alto y tiene tanta fuerza que en algunos sectores casi no hace falta remar para enlazar un rápido con el siguiente. Por eso, y por sus 60 kilómetros de aguas bravas navegables y la cantidad de empresas creadas para practicar esta actividad de forma segura, el Noguera Pallaresa está considerado uno de los mejores ríos de Europa para los deportes de aguas bravas. Además del rafting, en él se pueden practicar multitud de deportes de agua, como piragüismo, kayak, hidrospeed, canoa, descenso de barrancos, etc.

Nosotros nos disponemos a vivir en primera persona la experiencia de bajar las aguas agitadas del río a bordo de una embarcación neumática y aprovechamos también la ocasión para adentrarnos en el placer de pasear por los caminos cercanos y descubrir un paisaje de un verde intenso, salpicado de pueblos con casas de piedra y tejados de pizarra. Y entre refrescantes aventuras activas y relajantes actividades tranquilas, conoceremos la cultura ancestral de este rincón de los Pirineos.

En los pueblos y museos de la zona descubriremos, por ejemplo, que antiguamente había quien bajaba el Noguera Pallaresa, no en una embarcación neumática, sino en una realizada con troncos unidos denominada rai, y no para pasárselo bien, sino para ganarse la vida. Eran los raiers (almadieros), los hombres del valle que se encargaban de transportar la madera de las montañas de los Pirineos a las tierras llanas y al litoral, aprovechando las corrientes fluviales, desafiando el peligro de las rocas y los tramos de rápidos. Hoy día aún podemos verlos en directo durante la Diada dels Raiers, una jornada muy especial que se celebra el primer domingo de julio en La Pobla de Segur y que ha sido declarada Fiesta Tradicional de Interés Nacional, donde todo el mundo tiene oportunidad de viajar en el tiempo y volver a ver a estos hombres bajar por el Noguera Pallaresa vestidos con la indumentaria de la época. Es increíble ver cómo descienden por los rápidos en unas embarcaciones tan rústicas. ¡Y sin casco ni traje de neopreno!

Durante el mes de julio se celebra el Rally Internacional del Noguera Pallaresa, una competición que reúne a aficionados y a los mejores profesionales de los deportes de aguas bravas de todo el mundo. El descenso popular, el rafting, el descenso infantil, el esquimotaje, los partidos de kayak-polo y el eslalon son los actos más destacados.