El esquí nórdico, también conocido como esquí de fondo, tiene sus raíces en los países nórdicos, donde todavía se utiliza como medio para desplazarse en ciertos entornos rurales. Es la evolución de los paseos en raquetas de nieve y consiste en deslizarse por los paisajes nevados sin ayuda de remontadores mecánicos.
“Con el esquí nórdico, te desplazas por la nieve a remolque de tus fuerzas. No hay telesillas ni telesquíes. Por eso se practica en entornos más llanos, con subidas y bajadas suaves”, explica Imma Obiols, técnica de las estaciones de esquí nórdico de Cataluña (Tot Nòrdic).